Etty Hillesum joven judía quien durante la segunda Guerra Mundial estuvo prisionera en el campo de concentración de Westerbork, al cual se entregó voluntariamente, desde su interioridad buscó la transformación social.
Estas fueron las enseñanzas que Manuel de Jesús Corral, comentó sobre Etty Hillesum, durante los Diálogos Fe Cultura, que para este semestre están dedicados a las Mujeres.
Manuel de Jesús Corral, doctor en Estudios Latinoamericanos, explicó la necesidad de transformarse interiormente sin olvidar la responsabilidad que tenemos de transformar el entorno desde el punto de vista social. Etty trabajó su interior y pudo despojarse de todo tipo de odio, sin embargo la situación en la que vivían los judíos le indignaba y actuó.
En la actualidad, refirió el experto, se vive en una sociedad en donde todo lo que somos esta permeado por una sociedad mercantil, de competencia, de individualismo, de guerra, de ruido, que vive de prisa y de riesgo. Una realidad en la que el debate está entre quienes viven del escepticismo y la desilusión, y quienes buscan nuevas formas de vida, más pacifica, fraternal y sencilla, una vida que les permita vivir y relacionarse humanamente, ésta es la vida a la que aspiraba Etty Hellisum.
“Necesitamos referentes válidos que sin que nos impongan nada, sean un llamado para mover nuestro espíritu”, concluyó el Dr. Corral.
Durante el Ciclo de Conferencias Mujeres en Diálogo, en otro momento Pilar Vela, nos ayudó a entender las reflexiones de Santa Teresa de Jesús, quien en su tiempo logró la revalorización de la mujer. Ella buscó una vida cristiana alegre, con sentido, además de invitar a tener una relación personal y de amistad con Dios. El compromiso y el amor de Dios a veces implica movimiento, atreverse, advirtió Pilar Vela.
Sor Juan Inés de la Cruz será el siguiente testimonio de vida que, a cargo de la Dra. Silvia Ruiz Otero, Filósofa y Doctora en Letras por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, se presente en los Diálogos Fe Cultura, el próximo 30 de abril en el Auditorio San Francisco Xavier.
