
En México, las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos padecen, derivado de la labor que realizan, afectaciones en su salud física y mental, en su seguridad y economía; además, son víctimas de una narrativa generalizada que les estigmatiza, muchas veces reforzada por las propias autoridades de todos los niveles de gobierno.
Lo anterior conforma parte de los hallazgos que reporta Amnistía Internacional en el informe ‘Desaparecer otra vez: Violencias y afectaciones que enfrentan las mujeres buscadoras en México’, presentado este miércoles 27 de agosto en la Universidad Iberoamericana León, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas (30 de agosto).
El reporte fue presentado por la directora ejecutiva de Amnistía Internacional, Mtra. Edith Olivares Ferreto. Participaron con sus comentarios: Karla Martínez, integrante del colectivo Hasta Encontrarte; y el Dr. Fabrizio Lorusso, investigador y académico de la Ibero León, integrante del Laboratorio de Resistencias contra las Desapariciones (ReDLab Ibero León).
La actividad fue organizada por el Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades, a través de la coordinación de la licenciatura en Derecho, a cargo de la Mtra. Gabriela Naranjo Guevara.
Para la realización del reporte, Amnistía Internacional aplicó entre marzo y diciembre de 2024, un cuestionario a 661 mujeres buscadoras en todo el país, independientes o pertenecientes a 134 colectivas, realizaron 7 grupos de enfoque y recopilaron 5 testimonios personales de mujeres buscadoras con la intención de ejemplificar las violencias y afectaciones que vive.
Más del 60% de las mujeres entrevistadas señalaron que han tenido afectaciones económicas por su labor de búsqueda; invierten dinero en la compra de palas, picos, botas, mascarillas, guantes, gasolina y alimentos necesarios para salir a buscar a sus familiares.
Más del 75% tienen afectaciones en la salud, presentan hongos y otros padecimientos vinculados con el contacto que tienen con los restos humanos. Tienen trastornos digestivos vinculados con la salud mental y suelen experimentar desprendimiento de retina por el llanto prolongado. Más de la mitad de las mujeres que fueron consideradas en el reporte no son derechohabientes de ningún sistema de salud pública.
“En este país, autoridades de los más altos niveles de gobierno: fiscales, gobernadores, gobernadoras, presidentes y presidentas de la República, se han dedicado de una u otra manera a atacar a mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos. Hay una narrativa en este país que señala que las mujeres buscadoras son problemáticas, que no deberían salir a protestar, que deberían quedarse en su casa esperando a que el Estado encuentre a su familiar desaparecido. Incluso, que ellas mismas se colocan en riesgo; y, en algunas ocasiones, esta narrativa también permea al conjunto de la sociedad”, dijo la representante de Amnistía Internacional.
Hasta el 22 de agosto de 2025, en México la cifra de personas desaparecidas era de 132, 914; y cada día desaparecen 90 personas más. En el estado de Guanajuato hay 5,129 personas desaparecidas, el 98% de ellas y ellos desaparecieron después del 2006.
“A esas personas, no las busca el Estado mexicano, no sólo no nos garantiza el derecho a la integridad, sino que tampoco busca a las personas desaparecidas. Es por eso que, en México hay más de 250 colectivas, 25 de ellas en el estado de Guanajuato, que han salido –como sale Karla– con sus picos, palas y botas, y con los conocimientos que ellas se han ido proveyendo por cuenta propia para buscar a sus familiares y los familiares de otras personas”.
Para conocer el reporte completo de Amnistía Internacional, visita este enlace.