Con un llamado a ver, analizar y actuar para recomponer nuestro tejido social y el medio ambiente que nos rodea, este martes dio inicio una edición más de nuestras Jornadas Ignacianas.
"Las Jornadas Ignacianas son un conjunto de actividades cuyo objetivo es generar la reflexión y abrir espacios de diálogo sobre temas relevantes por su actualidad y que nos afectan a todos como comunidad, como sociedad", introdujo en su mensaje inaugural la Mtra. Mónica Macouzet Dir. Gral.
La característica principal de estas jornadas es que los diferentes asuntos se aborden desde la mirada ignaciana.
El Dr. Javier Prado Galán, Director General Académico y el Mtro. Sergio Hernández Caballero Dir. Gral. de Administración y Finanzas y Jorge Eduardo Flores Dir. del Centro Ignaciano de Desarrollo Estudiantil CIDE participaron también en la ceremonia inaugural.
Este año la temática abordó dos tópicos: La reconstrucción del tejido social ya que ante el escenario de violencia y descomposición social se hace urgente volver la mirada hacia aquello que nos permita recuperar la paz en nuestras familias en nuestras comunidades, en nuestra sociedad. Encontrar nuevas formas de convivencia pacífica, democrática e inclusiva.
Y el segundo tema es la casa común, en el que se retoma la encíclica del Papa Francisco Laudato sí, porque "no hay posibilidad de convivencia, de paz, si no estamos en un espacio adecuado para ello".
La maestra Macouzet puntualizó: "es nuestra intensión que la reflexión de estos temas nos orienten hacia un trabajo común por el bien de nuestra comunidad, de nuestras familias y nuestra sociedad, hacia la construcción de una sociedad más justa equitativa y solidaria."
La Conferencia Inaugural "Reconstrucción del Tejido Social: una apuesta por la paz" corrió a cargo de Gabriel Mendoza Zárate sacerdote jesuita.
El Padre compartió el trabajo del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) "Jesuitas por la paz".
A manera de contexto se refirió a la inseguridad, violencia, impunidad que vivimos en nuestro país. Guanajuato, recordó, no está exento pues ocupa el lugar número 8 en el rankig de estados con mayor índice de violencia.
La violencia descarnada es sólo un síntoma de la descomposición que vivimos en diferentes rubros: la desigualdad social, violencia de género, violencia institucional, violaciones a derechos humanos, acumulación desmedida de la riqueza, instituciones corruptas, consumo excesivo, precariedad laboral… y todo lleva a un deterioro ético, moral y crisis de la civilización, precisó el Padre Gabriel Mendoza.
Ante este escenario de crisis "tenemos que construir otras formas de hacer política, otras formas de convivencia", y ese reto buscan enfrentarlo con el Programa Jesuitas por la Paz que consiste en la construcción de procesos, acuerdos y acciones encaminadas al Buen Convivir en la familia, en el barrio, el gobierno, la escuela, el trabajo y la fiesta.
El programa construye puentes entre distintos actores locales para compartir su mirada sobre la realidad y diseñar un proyecto interinstitucional de reconstrucción del tejido social.
Jesuitas por la paz ya tiene presencia con equipos CIAS en seis municipios: Cherán, Tancítaro, Tangancícuaro en Michoacán; Chilón y Citalá en Chiapas; Parras en Coahuila. Tiene también articulación con el Instituto Cultural Tampico (Colegio Jesuita), y tres universidades de la Compañía de Jesús: Ibero Puebla, ITESO y la Ibero León donde en próximas fechas de impartirá un diplomado sobre la Reconstrucción del Tejido Social.
Del 5 al 7 de septiembre, se llevarán a cabo distintas actividades con el fin de compartir experiencias exitosas, analizar retos, reflexionar, buscar soluciones … "es posible, cada quien puede aportar desde sus capacidades, desde su profesión", compartió el jesuita.