Un Papa jesuita que vino a ser nuestra piedra en el zapato…

Autor
Comunicación Institucional

Fecha

24 de febrero, 2016

"Francisco no es el dueño de una multinacional religiosa que viene a poner orden en las sucursales ruinosas de los países emergentes, es el obispo de Roma que predica con la práctica", es una de las reflexiones manifestadas durante el panel " La Visita del Papa Francisco a México reflexiones desde el Laicado".

Como parte del Ciclo de Diálogos Fe y Cultura organizados por el Centro de Formación Humanista de la Universidad Iberoamericana León, se llevó a cabo este diálogo en el que se plasmó la visión de laicos respecto a la visita del Primer Papa Jesuita a nuestro país.

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Los ponentes fueron la Mtra. Carmen Obregón directora de Investigación y posgrados de la Ibero León; el Mtro. Carlos Maciel del Río, teólogo y académico de esta universidad; y el Ing. Raúl Baena, recién egresado de esta institución con amplia participación en actividades de pastoral juvenil jesuita.

En su intervención, la Mtra. Carmen Obregón consideró que había expectativas poco realistas de la visita del Papa quien "no podía venir a señalar soluciones concretas a casos concretos, su mensaje fue principalmente dirigido a ponernos a trabajar".

Los temas que trató, dejaron claro que lo pastoral no puede expresarse sin rosar lo político y yo creo que así lo hizo, expresó y agregó: "El habla de México que ve en una noche oscura pero también ve luces que anuncian esperanza y creo que a nosotros nos troca ser esas luces".

Por su parte el teólogo Carlos Maciel, puso en antecedente su opinión respecto a Francisco, " es un discípulo genuino de Jesús, ha vivido ataques, inercia e indiferencia por parte de muchos sectores de la jerarquía, como Jesús que no dio gusto a la izquierda judía ni tampoco a la derecha, y que en la hora más crítica tampoco dio gusto al pueblo que terminó dejándose manipular por los dirigentes de Israel que lo llevaron a la muerte".

El Papa Francisco, opinó el teólogo, pretende impulsar un gobierno de la iglesia universal más colegiado, más en sintonía con la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas. Francisco implementó esta visión en su visita en México y es la forma en que sirve a la iglesia.

"Francisco no es el dueño de una multinacional religiosa que viene a poner orden en las sucursales ruinosas de los países emergentes, es el obispo de Roma que ha decidido vivir en colegialidad con sus hermanos obispos porque ésa es la manera de ser fiel al evangelio de Jesucristo y al espíritu del Concilio", consideró Maciel del Río.

"La invitación a no resignarse dirigida a jóvenes y presbíteros, a asumir el desafío ético del narcotráfico dirigida a los obispos, a participar responsablemente en la sociedad dirigida a ciudadanos y políticos en el palacio nacional, la invitación a dialogar y confrontarse dirigida a obreros y empresarios, a no ceder a las tentaciones de riqueza, de poder y la fama dirigidas en Ecatepec a todos los que quieran oírla, son invitaciones a vigorizar el dinamismo espiritual, no vino a suplantarnos, tampoco vino como rey mago cargado de regalos, vino a hacer nuestra piedra en el zapato", añadió el catedrático de la Ibero León.

En su opinión, el sumo pontífice, predicó con el ejemplo, eligió cada uno de los puntos que visitó, cada uno con significado por el público con el que estuvo cerca, sin estrategias mercadológicas. Les enseñó a los obispos qué es lo que quiere que hagan. Es un pastor con olor a oveja, lo que pide que sean todos y cada unos de los miembros de la iglesia.

Finalmente, Raúl Baena concluyó que Francisco dejó a través de sus mensajes diversas invitaciones: a ser más cercanos al pueblo, que Dios es humano y no es inalcanzable, un llamado a no ser indiferente, a mirar a fondo, a ser más empáticos, a los jóvenes les dejó el llamado a retomar a redescubrir su pasión, a fortalecer las relaciones comunitarias … a orar y tener esperanza.

En la sesión de preguntas y respuestas se escucharon comentarios entre los que destacó que fue un Papa crítico, y bastante respetuoso; que en lo particular deja también retos a esta universidad, como institución confiada a la Compañía de Jesús, comprometida con los valores impulsados por el Santo Padre.

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