El seminario ‘Historia del Pensamiento Ignaciano’ impartido por el Dr. Rafael Ignacio Rodríguez Jiménez S.J., presentó en su novena sesión el tema ‘Los secretos del Archivo Secreto Vaticano’, el cual consistió en una exposición autobiográfica puesto que el padre Ignacio ha tenido la oportunidad de consultar para sus investigaciones algunos de los documentos que ahí se encuentran.
"La primera vez que estuve ahí, fue cuando pasé un año en Roma en 1994 trabajando en el Instituto Histórico de la Compañía de Jesús. Me interesaba, entonces, por motivos de mi investigación, la intervención de los jesuitas en la Revolución Mexicana; ver información sobre un asunto delicado relativo a aquel controvertido arzobispo de México, Pascual Díaz, que intervino en los llamados ‘arreglos’ del conflicto religioso que duró de 1926 a 1929 en nuestro país”.
Al padre Ignacio no le fue posible acceder en ese primer intento a los archivos, ya que el Vaticano no permitía que fueran consultados documentos posteriores a 1921, "y no hubo poder humano que me solucionara el problema. Regresé a México sin haber obtenido esa información”.
En 2001, fue convocado a dar una ponencia en la primera asamblea internacional de encargados de los archivos jesuitas. Otra de las conferencias estuvo a cargo de monseñor Sergio Pagano, entonces director del Archivo Secreto Vaticano. Fue en esa ocasión cuando pudo acceder a través de una visita guiada a los acervos.
El Archivo Secreto integra la documentación de la Santa Sede. El patrimonio documental conservado cubre del siglo VIII al XXI. Fue creado en 1612 por el Papa Pablo V y custodia más de 150 millones de documentos en 85 kilómetros lineales de estanterías. El patrimonio acumulado durante siglos sigue en constante crecimiento.
"Este acervo es uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo. Para los historiadores es una fuente de consulta única y extraordinaria; no sólo para quienes estudian la vida de la Iglesia, sino para quienes se interesan en el conocimiento de de la vida de la humanidad. Es uno de los repositorios más ricos del mundo, si no el que más”.
Finalmente, el padre Ignacio también compartió los requisitos para la consulta de los archivos, la segmentación de los salones, aspectos de infraestructura y tecnología con los que cuenta aquel lugar e hizo referencia a documentos y libros históricos específicos que allí se albergan.