"No el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar de las cosas internamente (EE2) San Ignacio de Loyola
Con la ponencia impartida por nuestro Rector "Comprendiendo la nueva realidad universitaria: Aprendizaje docente desde la perspectiva Ignaciana” se llevó a cabo el 2º Foro Docente 2021.
En el día del inicio del Año Ignaciano, en el que se conmemora el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio de Loyola, se realizó este encuentro en el que se buscó "reflexionar y analizar la práctica docente desde la perspectiva ignaciana, para lograr la excelencia educativa jesuita”.
Una invitación a conocer la visión del fundador de la Compañía de Jesús, "esa manera de poder contemplar la vida y desde ahí seguir adelante, sacar conclusiones, transformarnos”, introdujo el Padre Alexander Paul Zatyrka Pacheco SJ Rector de la Universidad Iberoamericana León.
Partió por explicar que "la visión ignaciana de la vida, es una visión de conversión, entendida como una transformación sustentada en lo que uno va constatando, creciendo, consolidando, integrando”.
Retomó pasajes de la autobiografía de San Ignacio de Loyola, el episodio y momento en el que se dio su conversión, para después abordar el tema del Discernimiento Ignaciano que significa distinguir separando, "desde la perspectiva cristiana ignaciana, implica distinguir el origen de las diversas ideas, pulsiones, invitaciones etc. que se presentan en mi conciencia, para poder decidir correctamente sobre ellas. Las buenas realizarlas y las malas ignorarlas”. Los Ejercicios Espirituales son una escuela del Discernimiento, precisó.
El Discernimiento se enfoca sobre todo en lo que sucede cuando una persona escucha y responde a su realidad desde su interioridad. Este ejercicio debe basarse en situaciones reales (emociones, estados de ánimo, reacciones etc.) que la persona va experimentando en su vida. No en sus propósitos o ilusiones, sino en lo que ha experimentado en esos momentos de introspección.
Discernimos desde la experiencia, y la experiencia implica salir al encuentro con la realidad y quedar tocado por ella, quedar heridos (as) por esta realidad.
Para Ignacio sentir era la mejor manera de describir una experiencia plena, desde ese sentir ignaciano confluyen el conocimiento (entender), los afectos (querer) y una armonía interior (paz), indicadores de una comunicación interior.
" No el mucho saber, …, sino el sentir y gustar"
Nuestro rector explicó que "el sentir en Ignacio es más hondo que el entendimiento… y los Ejercicios Espirituales son aprendizaje, una profundización de esos sentires que nuestra cotidianeidad nos va presentando”.
Nos recordó la expresión de Ignacio en su segunda anotación de los Ejercicios: "No el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar de las cosas internamente " (EE2).
El sabio (a) es el que sabe degustar su entorno, la realidad y nutrirse con aquello que va degustando. La pregunta ¿Qué siento? debe estar presente cuando reflexionemos de nuestra práctica docente. Detrás del sentir ignaciano están las preguntas ¿Qué aprendí? ¿Qué entendí? ¿Cómo dejó mi querer? ¿Cómo afectó mi motivación ante la vida? Y finalmente ¿Me transmite paz y armonía?
Para iniciar el Ejercicio, añadió el Padre Alexander, puede ayudar la pregunta ¿Cuándo retomo mi experiencia docente, qué percibo, qué capto, qué vivencias? Con base a esa pregunta habrá que nombrar, cada vez con mayor nitidez el "sentimiento” que vivimos, este ejercicio es imposible sino se ha rehabilitado el talante contemplativo de la persona, advirtió.
Y puntualizó, las prácticas necesarias para ejercitar ese talante contemplativo:
1.- Cultivo de la Soledad y el Silencio (ejercitar la capacidad de escucha).
2.- Consolidar una Atención Correcta (implica la rehabilitación de la capacidad de percibir).
3.- Un ejercicio de Descentramiento (olvidarme del yo, suspender nuestras tendencias "reactivas” y "proactivas”).
El 1 conocimiento, precisó, es a través del amor, se da con una relación integral que en realidad debe implicar: entender – querer – armonizar.
Hacia el cierre de la ponencia, compartió "Preguntas desde el sentir ignaciano”: ¿Qué voy entendiendo? ¿Qué voy queriendo?¿Qué me va entusiasmando? ¿Cómo se podría integrar con mi plan docente haciéndolo más armónico?.
Finalmente, recalcó que "Lo ignaciano, implica este talante contemplativo, ésta radical libertad que capacita para interactuar con su entorno de una forma constructiva, transformadora para bien, humanizante, plenificante.
El Segundo Foro Docente, contempló también en su programa Mesas de Diálogo en el que nuestros y nuestras académicas abordaron los temas de: Exigencia estudiantil y Docente; retroalimentación y Motivación; Secuencia Didáctica; Uso de TIC´S y Recursos Digitales; y Relaciones Interpersonales.