El domingo 25 de septiembre, el Instituto Lux y la Universidad Iberoamericana León llevaron a cabo la mesa de reflexión ‘Desafíos en entornos digitales y redes sociales’, un espacio creado a partir del contexto de violencia que se vive en México.
La actividad fue moderada por la coordinadora de Incidencia Social de esta Casa de Estudios, Dra. Lorena Jiménez Quiñones, quien en una primera intervención expuso que la tecnología moldea nuestra cotidianidad y relaciones interpersonales.
Subrayó la paradoja de los entornos digitales: “Parte importante de las emociones y sentimientos humanos, así como nuestros posicionamientos políticos, se configuran en un espacio dominado por la inteligencia artificial, a pesar de que ésta carece de la facultad para comprenderlos y emularlos”.
Aseguró que el objetivo de la actividad es escuchar de viva voz las experiencias de jóvenes respecto a las violencias que experimentan en redes sociales, así como plantear reflexiones que permitan imaginar caminos que construyan paz desde diversas plataformas.
En el panel participaron: Nayelli Michelle Cueva Ibarra, alumna de la licenciatura en Psicología; Luis Gabriel Salinas Rodríguez, estudiante de la licenciatura en Derecho; Sarah Pernet Díaz-Infante, egresada de la licenciatura en Relaciones Internacionales; y el Mtro. Mario Alejandro Montemayor González S.J., responsable de Pastoral Universitaria.
Nayelli compartió su experiencia en las redes. Hizo hincapié en la necesidad de evaluar y ser conscientes del tiempo que pasamos en ellas, el contenido que consumimos, así como reconocer los riesgos existentes en las interacciones humanas que allí se entablan. Mencionó datos como el hecho de que en México el 88% de las personas que usan la Internet y las redes sociales, pasan al día más de 14 horas en ellas.
Luis expuso el marco conceptual de la violencia digital. Aseguró que los entornos digitales suelen ser espacios que propician el bullying, donde se incita a una persona o grupos de personas a realizar actos de violencia o lesiones. “Un ejemplo pueden ser las convocatorias para agredir físicamente o denostar a la comunidad LGBT cuando son sus manifestaciones”, expuso el estudiante de Derecho.
Además, explicó la llamada Ley Olimpia, cuyo objetivo es perseguir a quienes –sin autorización de la persona afectada– difunden por cualquier medio imágenes, audios o grabaciones audiovisuales de contenido erótico o sexual. Consideró que promover el uso de las redes sociales con respeto a la dignidad y a los derechos humanos, abonaría a la erradicación de la violencia digital.
Por su parte, Sarah, egresada de esta Casa de Estudios en 2017, habló de la violencia de género y cómo se vincula a la violencia digital. Aseguró que estos actos se han cometido históricamente en la sociedad, se establecieron normas y estructuras políticas y sociales desiguales basadas en si se es hombre o mujer; un fenómeno que trascendió a los entornos digitales.
Compartió que 9.4 millones de mujeres han sido víctimas de ciberacoso; en el 40% de los casos, las víctimas sufrieron insinuaciones sexuales, mientras que el 33% recibieron fotos y videos de contenido sexual no solicitado. Además, una de cada cinco mujeres vive en un país donde la violencia de género no está penalizada.
El maestro Montemayor compartió reflexiones a partir del desafío que representa la virtualidad. Dijo que las redes sociales configuran una gama creciente, vertiginosa e inesperada de canales donde surgen tendencias, narrativas y lenguajes que forman parte de nuestra realidad. “No es algo que esté en otro lado, sino que abona a nuestra interacción social y modifica el entorno en muchos sentidos, no sólo el virtual sino el existencial”, expresó el sacerdote jesuita.
Aseguró que los espacios digitales son una nueva arena pública, ligada a la vida privada de la gente y conectada en todas direcciones. En ella, explicó, se difunden las cosas más íntimas de una persona y las discusiones públicas que dan rumbo al país. Coexisten una al lado de la otra.
Finalmente, aseguró que las redes sociales también han sido usadas por las juventudes de manera astuta. Ejemplificó con el caso del colectivo estudiantil #YoSoy132 que hace diez años inició una movilización política en la Ibero Ciudad de México en el contexto electoral de esa época.
Oran por la empatía y la solidaridad
Posterior a la mesa de reflexión, fue concelebrada la Eucaristía por los sacerdotes jesuitas: Aristeo López Larios, José Amado Fernández Ruiz y José Vázquez Álvarez, del Lux; y Luis Alfonso González Valencia y Rafael Ignacio Rodríguez Jiménez, de la Ibero León.
En la homilía, el padre Alfonso hizo referencia al Evangelio de Lucas, cuya parábola de un rico y un pobre (Lázaro) se ve reflejada en la actualidad con la falta de solidaridad entre las personas.
“Cuando uno no se preocupa por los demás, por los que sufren y padecen, por los que tienen hambre, los que se les provoca una injustica… entonces nos separamos de ellos; no se crea comunidad, no nos concebimos como un cuerpo en el que todas las partes son necesarias. Ese abismo nos separa de Dios, Dios Él está presente en el todo y cuando nosotros, en nuestro individualismo somos egoístas, no vemos por los demás y nos sentimos seguros, nos separamos de la comunidad y hay una ruptura”, compartió el sacerdote.
Expuso que así como se ha normalizado la pobreza y subestimado sus causas reales, se han normalizado los diferentes tipos de violencias, desde la que atestiguamos en los entornos digitales, hasta la que se padece a nivel nacional a través del crimen organizado.
“Pidamos al Señor para que nos ayude en esta invitación que nos hace para que tratemos de salir de nuestro propio querer e interés –como dice el texto de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio– e ir más allá para que podamos escucharle en nuestra vida”, concluyó.
La jornada de este domingo 25 de septiembre finalizó con la convivencia entre las y los asistentes en la explanada del Aula Magna San Ignacio.