Recordamos a Joaquín y Javier, su vida y obra al servicio de las y los demás

Autor
Comunicación Institucional

Fecha

25 de junio, 2024

En comunidad, el Instituto Lux y la Universidad Iberoamericana León, conmemoramos el segundo aniversario luctuoso de los Mártires de Cerocahui: Joaquín Mora Salazar, S.J. “El Morita” y Javier Campos Morales, S.J., quienes fueron asesinados en la Sierra Tarahumara el 20 de junio de 2022 junto a los laicos Pedro Palma y Paul Berrellezal.

A través de la mesa de diálogo ‘La resurreción de Joaquín y Javier’, se reflexionó en torno a los signos de vida tras la muerte de los sacerdotes jesuitas y cómo los actores sociales logran identificar el llamado para actuar por la construcción de la paz.

Participaron la Mtra. Laura Villanueva Franco, ex colaboradora del Instituto Lux y representante de la asociación civil No+Pobreza Guanajuato; el Mtro. Nelson Manuel García González, coordinador de CIAS por la Paz en Guanajuato; el Dr. Adrián Frausto Martín del Campo, director general de Integración Comunitaria de la Ibero León; y el P. Javier “El Pato” Ávila Aguirre, S.J. radicado en Cerocahui. Como moderadora, contamos con la Lic. Martha Daniela Orozco González, académica del área de Ciencias Sociales del Lux.

 

 

El maestro Nelson destacó cómo ha incrementado el actuar coordinado de la Iglesia, la sociedad civil, grupos empresariales y demás grupos y colectivos a favor de la paz. El lamentable asesinato de los padres jesuitas, como muchos otros en el país, suscitaron un “signo de unidad” necesario en el país, a pesar de estar fragmentado y polarizado.

“Hay signos que nos pueden llevar a la unidad (…) La población en conjunto, nos estamos dando cuenta de que no estamos en tiempos para delegar a alguien más la responsabilidad de sacar adelante a nuestro país”, refirió el representante de CIAS por la Paz.

El doctor Adrián identificó cuatro signos de vida: El testimonio de fe y compromiso de Joaquín y Javier, la solidaridad en la comunidad, la resiliencia y la esperanza, y la promesa de la vida eterna.

Expuso: “Fueron fieles a una promesa y fieles a la entrega por las y los demás. Esta entrega cotidiana de muchos años los llevó a ser un testimonio en vida. Cuando sucede este evento trágico, lo que sale es la barbarie, pero también los signos acumulados de toda la vida que dieron y que recibieron como parte de su misión”.

 

 

Las vidas de Pedro y de Joaquín se conformaron de actos de búsqueda de justicia, servicio, solidaridad y amor, calificó Laura Villanueva Franco. Esos actos son ahora una invitación para quienes, tras su muerte, se encuentran conmovidos y conmovidas, movidos y movidas a actuar.

Lo sucedido con los padres jesuitas, con Pedro y Paul, tocó la consciencia nacional, destacó el padre “Pato”; sin embargo, “no necesitábamos que murieran porque eran patentes sus cualidades, mismas que seguimos reconociendo aun en su ausencia (…) Estos homicidios nos confirman a los jesuitas la misión que se nos ha confiado: Ser hombres para los demás y caminar con el pueblo hasta dar la vida”.

Reconoció que los jesuitas en México se han sentido tocados al vivir momentos de dolor que calan hondo, con lo cual se han tenido que “reacomodar y acuerpar” ante el contexto de inseguridad que se vive. Aseguró que se mantienen en discernimiento y animados para seguir adelante.

Manifestó que de los pueblos indígenas hay que aprenderles el no ser individualistas; asimismo, dejar atrás los tiempos de la separación, de las ideologías y las naciones conformadas por intereses individuales: “El hecho de ser nosotros tan diversos, no significa que esto nos deba llevar a las confrontaciones. Esta diversidad debe nutrir y enriquecer, nunca confrontar”.

 

 

Al término de la mesa de diálogo se llevó a cabo una misa concelebrada por: Sergio Manuel Guzmán García S.J., y Amado Fernández Ruiz S.J., del Instituto Lux; Luis Alfonso González Valencia S.J., Rafael Ignacio Rodríguez Jiménez S.J., Francisco Javier Escobedo Conde S.J., y José Ignacio Maldonado Baeza S.J., de la Ibero León; y Javier Ávila Aguirre, S.J.