La Universidad Iberoamericana León fue sede de la Cátedra UNESCO ‘Ética, género y Tecnología: El desfío de los sesgos de género en la Inteligencia Artificial’, presentada por la Dra. María López Belloso, investigadora de la Universidad de Deusto, España.
Fue impartida como parte de las actividades enmarcadas en el Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga que entrega el Sistema Universitario Jesuita –del que nuestra Ibero León forma parte– y cuya cuarta edición tendrá como sede esta Casa de Estudios.
La investigadora abordó la confluencia de la ética, la igualdad de género y la tecnología, así como el desafío que representan los sesgos de género en la Inteligencia Artificial.
“La tecnología está siendo utilizada de forma inteligente para tomar decisiones, ya sea de forma automatizada o simplemente para asistirnos en las decisiones que tomamos, una tarea que tradicionalmente era desempeñada por la ética. De ahí que sea fundamental que la contribución tecnológica se haga desde las garantías éticas”, expuso la especialista.
Las asistentes virtuales cuyo uso se ha popularizado sobremanera, tienen en su mayoría nombres femeninos. Esto refleja, dijo la conferencista, que aquellas tareas de cuidado y asistencia se siguen adjudicando a las mujeres, roles a los que no se les atribuye el mismo valor que a otras actividades.
En 2022, a nivel mundial, el 63% de las mujeres utilizaron internet, frente al 69% de los hombres. La desigualdad en la tecnología va más allá de la conectividad, dijo López Belloso, puesto que en el mundo entre el 16 y el 58% de las mujeres han sufrido violencia de género en línea o facilitada por la tecnología.
Tomando en cuenta lo anterior, dijo la conferencista, la llegada de la Inteligencia Artificial plantea retos adicionales porque a menudo refleja prejuicios de género y refuerza estereotipos nocivos para las mujeres.
Las mujeres tienen una participación minoritaria en el mundo de los puestos de trabajos tecnológicos. Expuso que en 2022, solo el 20% de las trabajadoras en las áreas de ingeniería y computación en Estados Unidos, eran mujeres. Incluso en países que se consideran abanderados del feminismo como Suecia, el porcentaje de mujeres que estudian carreras científico-tecnológicas no llega al 30%.
Tenemos que cuestionarnos por qué sucede esto, dijo la investigadora. No solo no se promueve la incorporación de las mujeres a las carreras científico-tecnológicas, sino que afectan una serie de sesgos y estereotipos vistos en la televisión, en la cultura y, en términos generales, en la sociedad.
Enfatizó, además, que hoy nos encontramos ante un sistema social en el que la autoridad y el poder son masculinos y se transmiten por “linaje patriarcal”.
La licenciada en informática María Magdalena Barragán, senior test engineer de AztraZeneca México, compartió su reflexión sobre cómo las empresas tecnológicas y farmacéuticas pueden desarrollar enfoques éticos en el diseño de inteligencia artificial y tecnologías de salud, para evitar la reproducción de sesgos de género, y cómo pueden estas industrias colaborar con reguladores y organizaciones feministas para garantizar un uso inclusivo y responsable de los datos de las mujeres.
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