El 7 de junio se conmemora el Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, establecido por la ONU en 2018 con el propósito de motivar acciones que prevengan los riesgos transmitidos por los alimentos, y así contribuir a la seguridad y a la salud de las personas.
El licenciado en Nutrición y Ciencia de los Alimentos por la Ibero León, Marco Antonio Serratos Alcaraz, asegura que esta conmemoración es relevante para recordar que con las buenas prácticas de producción y manejo de los alimentos se pueden prevenir enfermedades.
Destacó que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a diario se registran en el mundo 1’600,000 personas que contraen una enfermedad transmitida por los alimentos. Agregó: “A pesar de que son algo que requerimos y necesitamos, son un vehículo y un riesgo para perder la salud”.
Aunque la globalización ha permitido a los países crecer a través del comercio y que en general haya una mayor disponibilidad de alimentos, los rezagos y la desigualdad continúan. Agregó: “Al destinarse grandes cantidades de alimentos a ser procesados para ser distribuidos en los supermercados a nivel internacional, eso hace que no siempre todas las personas tengan disponibilidad de esos alimentos y, sin embargo, la paradoja es más grande cuando te das cuenta que muchas de las manos que producen esos alimentos de alta calidad pertenecen a las comunidades donde hay deficiencia alimentaria”.
Homologan criterios de calidad e higiene
Si bien la inocuidad abarca la producción, el procesamiento e industrialización de los alimentos, uno de los aspectos más relevantes en este proceso es la higiene como una forma de prevenir la salud.
A partir de la declaratoria del Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria se redoblaron esfuerzos para homologar los diferentes requerimientos sanitarios que permitan el comercio internacional de alimentos sin poner en riesgo a las poblaciones (enfermedades, contaminación por plagas, etc.).
En este sentido, Serratos Alcaraz mencionó que el Codex Alimentarius integra las normas de higiene y sanidad que los países deben exigir a sus productores. A su vez, cada nación tiene instituciones que se encargan de supervisar que esto se cumpla, como el caso de COFEPRIS, en México; y la FDA en Estados Unidos.
A nivel internacional, se han desarrollado estándares de calidad como la norma ISO 22000 o la certificación Globalgap. En Estados Unidos, además de la FDA, existe también la certificación voluntaria Primus GFS para productores agrícolas.
El profesionista de la nutrición compartió que la inocuidad ha permitido tantos avances como incluso conocer el lote y trazabilidad de las semillas que se emplean en el cultivo de las frutas y las verduras que compramos en los supermercados.
Finalmente, recomendó apropiar en el hogar las buenas prácticas de higiene y manejo de los alimentos, esto incluye el correcto lavado de manos. Todo inicia, explicó, desde el lugar en el que adquirimos los alimentos; ejemplificó con la carne, puesto que no es lo mismo comprarla en una carnicería o supermercado donde claramente cuentan con el equipo de refrigeración para conservarla, a diferencia de un tianguis o mercado sobre ruedas.
“La recomendación es que debemos de tener mucho cuidado con nuestros alimentos y hacer énfasis en tener una buena higiene y buenas prácticas en el manejo de estos, involucrarnos toda la comunidad. Eso ayuda a no poner en riesgo nuestra salud y a no desperdiciar alimentos”, concluyó.