La formación humanista que imparten las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús, el discernimiento y la ignacianidad, deben ser puestas por las y los profesionistas al servicio de la sociedad, a fin de construir un México y un mundo más solidario, justo y equitativo.
Lo anterior es una reflexión del sacerdote jesuita Dr. Mauricio Burbano Alarcón S.J., quien junto al Dr. Avelino Chico S.J., estuvieron de visita en León –en el Instituto Lux y la Universidad Iberoamericana León– con la finalidad de tener un descanso y convivir con la comunidad de jesuitas de esta ciudad, esto luego de haber concluido su Tercera Probación en Puente Grande, Jalisco.
Mauricio proviene de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde es responsable de la Dirección de Identidad y Misión; mientras que Avelino, es proveniente del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Ciudad del Vaticano.
Otro de los objetivos de la visita que realizaron los sacerdotes jesuitas tiene que ver con conocer comunidades y obras educativas de la Compañía de Jesús. En ese sentido, para Mauricio, es fundamental que quienes egresan de las instituciones jesuitas, ejerzan su profesión en beneficio de las demás personas, puesto que “no sólo León, sino México, los necesita urgentemente”.
México y Ecuador comparten realidades hermosas, como su diversidad, la cultura y el entusiasmo juvenil, pero también realidades difíciles como la violencia, dijo el padre Mauricio; por ello recomienda que nuestras y nuestros estudiantes aprovechen al máximo la formación centrada en la persona para mejor servir desde su profesión y asumir el compromiso de cuidar la casa común.
"Una de las notas características de la formación de la Compañía tiene que ver con lo que el Padre Arrupe llamó ‘hombres y mujeres para los demás’, así también, desde donde esté uno, debe poner su granito de arena para ser esa persona para los demás, lo cual tiene como consecuencia un mundo más justo, más solidario, humano y fraterno. Esos son los ideales que buscamos”, conluyó Avelino.
¡Enhorabuena Mauricio y Avelino! Gracias por su visita a nuestra Ibero León. Confiamos en que su camino de formación espiritual, apostólica e intelectual seguirá colmado de dichas.
