La comunidad universitaria, convocada por la Asociación de ex alumnos Alumni Ibero y la Ibero León rindieron un merecido homenaje al Padre Alfonso Carlos Manuel González Quevedo Bruzón.
En una ceremonia que conjuntó a amigos, alumnos, académicos, personal administrativo y ex alumnos de la iberoamericana se evocó a las acciones, a las enseñanzas, a la trayectoria del padre co-fundador y primer rector de esta casa de estudios.
El Rector Felipe Espinosa Torres S.J. dio la bienvenida a los asistentes y celebró la iniciativa de la Asociación Alumni de realizar este reconocimiento.
La ceremonia fue dirigida por el Mtro. Gerardo Ibarra, presidente de la Asociación. La Mtra. Mónica Macouzet; el Mtro. Carlos Flores Montufar, ex coordinador de la licenciatura de Arquitectura y el Mtro. Miguel Ángel Arredondo Morales ex director general académico; dieron una semblanza de la vida del padre en la Universidad.
"Personaje excepcional, con un gran gusto por la evolución del hombre, la evolución de la vida, la paleontología, la paella, admirador del también jesuita Pierre Teilhard de Chardin, con quien comparte el gusto por la vida; con una invaluable trayectoria de más de 50 años, con gran carisma y su incansable espíritu innovador, el Padre Alfonso González Quevedo ha cautivado nuestros corazones, los corazones de todo aquel que haya estado cerca de él, convirtiéndose en un ícono de la comunidad ibero y de la comunidad jesuita, Alfonso el gran ser humano." Fueron las palabras con las que la Mtra. Mónica Macouzet, introdujo a la reseña biográfica:
Un 08 de junio de 1932, Madrid, España le vio nacer. A los 18 años, estando todavía en Madrid, España, su vocación se hizo presente y logró su ingreso al noviciado, el cual completaría con gran entusiasmo en Perú un año más tarde en 1951.
Posteriormente regresó a España en donde comenzó a estudiar filosofía y en 1961 fue enviado a México para continuar con estudios de teología. Sin embargo el gran gusto por aprender las propiedades de la materia, de la energía y el establecimiento de las leyes que explican los fenómenos naturales, lo llevaron a pedir un permiso especial para poder estudiar física, al mismo tiempo que continuaba con sus estudios de teología. Fue entonces que se matriculó en la Universidad Nacional Autónoma de México, para más tarde impartir clases en la Ibero de México.
En 1972 estudió y trabajó en el Centro Latinoamericano de Parapsicología (CLAP), fundado por Oscar, su hermano jesuita.
Al concluir sus estudios y ordenado como sacerdote, le nombraron Director del Departamento de Física en la Universidad Iberoamericana de México.
En el año de 1978, la Compañía de Jesús en México le asignó la encomienda de trasladarse a León, para fundar un nuevo plantel de la Universidad Iberoamericana. Sin embargo al llegar se dio cuenta que tal encomienda requería de grandes esfuerzos, comenzando con la recaudación de los fondos para poder desarrollar esta importante obra. Así que con el invaluable apoyo del patronato del Instituto Lux y de algunos empresarios reconocidos de la ciudad de gran corazón, logró comenzar el desarrollo de este gran proyecto llevándolo a su constitución exitosa.
Años más tarde, a principios de los ochentas, sólo con un par de libros y el auto en el que viajaba, llegó a la ciudad de Tijuana para enfrentar entusiasta con un nuevo reto, fundar, en conjunto con el patronato, la Ibero de Tijuana; convirtiéndose posteriormente en Rector de la misma durante los siguientes ocho 8 años.
En 1988 nuevamente fue enviado a la Ibero de México, para ser nombrado; Director General de Intercambio académico y Director General de Promociones Institucionales, funciones que desempeñó con bastante éxito.
En 1998 tomó un merecido año sabático, viajando a Estados Unidos, para descansar, renovar fuerzas y aprender inglés, estableciéndose en la Universidad de Georgetown, la cual forma parte de la Compañía de Jesús.
En 1999 fue enviado a Tijuana, con la encomienda de reactivar el patronato, y un año más tarde regresó nuevamente a la Ibero de León como Director General de Promoción de Relaciones Institucionales y profesor de Física; actividad que nunca abandonó a lo largo de las cinco décadas que lleva trabajando en la Ibero, incluso durante los periodos en los que fue rector.
En enero de 2016 abandonó la docencia para ocuparse de lleno en impulsar la conformación formal de la asociación de exalumnos, orientando y apoyando en los proyectos y actividades de la Asociación Alumni Ibero León, en la cual fue nombrado miembro honorario de la misma; todo esto a la par de las actividades de su vida sacerdotal y pastoral.
En su turno, Miguel Ángel Arredondo profundizó y compartió vivencias compartidas en los inicios de nuestra universidad.
Al artista y académico de esta universidad Carlos Flores Montúfar le tocó hablar de la parte espiritual del padre: Cuando yo conocí a Alfonso, su imagen sola me cautivó, un personaje fino con una mirada pura y transparente … en esta congregación de los años ignacianos donde el corazón de Alfonso palpita y se ve en cada uno de los alumnos, y pacientes áreas de la ciencia hay una incidencia maravillosa del humanismo y una acción artística… ¿Cómo le hace Alfonso? Es sencillo, es Alfonso, mecánica pura y práctica de la observación didáctica, enamorado de las ciencias … de la hermandad que hay en la fe y las ciencias.
Enseguida corrió un video con imágenes de la vida y obra del padre mientras de fondo se escuchó la canción "Honrar la vida".
Par el cierre del evento, la Asociación Alumni entregó al Padre un libro lleno de imágenes, mensajes, gratos recuerdos de los seres que le quieren y que han compartido alguna experiencia con nuestro homenajeado.