León, Gto.- “Las religiones están obligadas a ser un factor de entendimiento entre las naciones, simplemente para reparar los daños de toda la sangre vertida por guerras religiosas y también para responder a la nueva situación del siglo XXI”.
Con el fin de explicar que la diversidad, la pluralidad religiosa, no es algo nuevo del Siglo XXI, sino que tuvo sus orígenes en Israel, el Mtro. Carlos Maciel del Río presentó ante catedráticos y universitarios de la Ibero León la conferencia En el Principio fue la diversidad, la fe de Israel en el cruce de las culturas milenarias.
El Mtro. Maciel coincidió en lo dicho por el teólogo Hans Küng: “La religión no es un asunto académico, es político; no va a haber paz entre las naciones si no hay dialogo entre las religiones, si no hay conocimiento entre las religiones”.
En el siglo XXI nos damos cuenta que entre las religiones no somos tan distintos unos de otros “que no tenemos cuernos, ni colas”, sino que hay una serie de asimetrías y también de diferencias explicables a partir de los contextos históricos en las que surgieron”.
Hoy vivimos en una sociedad en el que la coexistencia entre las distintas corrientes religiosas es una realidad.
En este contexto, se refirió a tres paradigmas:
· El paradigma del exclusivismo, que duró 19 siglos y medio, y se ostentó como la única vía de la salvación. Con una fe sociológica más que una elección personal “Es decir la franquicia divina de la salvación la pagó Jesús de Nazaret y los que lo confiesan a él son los que tienen el boleto asegurado”. Desde esa visión exclusivista se entiende la salvación como algo por conseguir, entonces hay que hacer una serie de obras para salvarse, explicó.
· En 1959, con el Concilio Vaticano II, se dio una apertura de la iglesia católica al aceptar que no es el único camino a la salvación, sino que hay otros, otras religiones. Esa tímida apertura duró dos décadas, quizá tres, explicó Maciel del Río.
· Hoy vivimos un paradigma pluralista, la diversidad religiosa. “Hoy tendríamos que reconocer cómo estuvimos tan ciegos para afirmar que éramos los únicos a quienes Dios miraba e interesaba”.
Hemos pasado de una especie de imperialismo religioso de hace un siglo a lo que llamamos el parlamento de las religiones, y recordó a Aristóteles quien afirmó que: “solo las bestias y dioses pueden vivir fuera de la polis, pero los que no somos ni bestias ni dioses tenemos que cohabitar con otros”, por lo que el catedrático de la Ibero León destacó que si hoy vivimos en un mundo marcado por la interculturalidad, los que profesamos algún tipo de religión no podemos vivir en una especie de gueto, aislados de los demás.
En este contexto, el catedrático Maciel del Río hizo hincapié en el objetivo de la charla: “Yo lo que pretendo con esto es decir que el dialogo religioso, respetuoso al menos un poco simétrico, partidario del reconocimiento de la diferencia, no empezó en el siglo XXI sino que Israel, no de forma abierta retadora, sino un poco vergonzosa, sigilante, astuta, practicó la diversidad religiosa porque no estaban las condiciones dadas para hacer un diálogo religioso abierto y público. El antiguo testamento es el producto de un diálogo religioso muy intenso de las mentalidades más críticas, realizada por los escribas judíos, relató.
En sus conclusiones destacó que hoy cualquier comprensión religiosa está obligada a ir por la perspectiva del pluralismo “no un pluralismo que convalide por igual todas las religiones, sino que reconozca que tiene que haber un diálogo asimétrico donde hay una serie de diferencias, explicadas a partir de las particularidades históricas, pero que “en todas esas realidades religiosas la única y verdadera salvación es la que se activa”, finalizó.