Impulsado por la Universidad Iberoamericana León a través del Departamento de Ciencias Económico Administrativas, se llevó a cabo el webinar ‘Modelos alternativos de desarrollo y economía social y solidaria’, impartido por Dr. Emilio Travieso S.J. (de la Red Comparte), quien se dedica a la docencia y a la investigación-acción participativa en temas de desarrollo integral.
Uno de los objetivos del webinar fue contribuir a la generación de espacios de diálogo que aborden los retos y las oportunidades para la construcción de alternativas en la superación de la pobreza, la desigualdad y la opresión.
La idea de organizar la charla surgió a partir de la publicación de dos artículos del doctor Travieso que tratan acerca de los desafíos que enfrentamos como región latinoamericana: la necesidad de reducir la desigualdad, cuidar del medio ambiente y renovar el sentido de una vida plena y armoniosa.
Acerca del primer desafío, explicó conceptos como la competencia perfecta e imperfecta. Dijo que es en ésta última donde tradicionalmente se ha generado la riqueza porque no existen condiciones equitativas o porque las industrias han aprovechado ciertas ventajas. En caso de pertenecer a una industria, se deben considerar aquellas donde exista aún una curva de aprendizaje por delante; es decir, la innovación. Una vez consolidada una industria, dijo que el siguiente paso es la sinergia. "Industria, innovación y sinergia, es el camino que han seguido los países ricos para hacerse ricos”.
Caso contrario ha sido el de los países pobres. Puso de ejemplo el colonialismo, con el cual no se permitió a las colonias industrializarse, porque al colonizador le conviene seguir teniendo una fuente de materias primas para sus industrias y, a la vez, un mercado que consuma los productos que fabrican.
El ponente se refirió también acerca del capitalismo, sistema económico que ha generado desigualdad en las naciones. "Vivimos en un mundo donde la desigualdad es grotesca y sigue creciendo todavía más. Dentro de ese mundo, nuestra región América Latina es la más desigual de todas y pone en peligro la democracia, la cohesión social y la posibilidad de convivir. Esa desigualdad extrema provoca más violencia, tenemos que ver cómo enfrentarla”.
En ese sentido, expresó que a los estados les corresponde crear políticas públicas que generen garantías (educación, salud, pensiones), servicios que funcionen y que sean generosos, universales y de calidad.
Al final de la charla, habló del desafío que representa recuperar una idea clara y coherente de qué le aporta valor al sentido de la vida. En ese contexto, existen tres vertientes o propuestas: la sociedad de la iglesia Católica, el desarrollo humano y el buenvivir. Sobre éste último, dijo que pone énfasis en la armonía con todos los seres humanos y no humanos. El buenvivir no aspira al acumulamiento de riqueza sino a una buena vida, a la armonía con los demás, incluyendo la Madre Tierra.
Finalmente, como modelo mencionó la misión jesuita de Bachajón (pueblo tzeltal) en Chiapas donde, dijo, saben producir una economía que reconoce y considera al mismo tiempo al mercado y a la comunidad. "Las hacen trabajar juntas; ahí está la creatividad, en la conjugación”.
Explicó que la base de su comunidad está en las cosas que no se venden: la tierra, los alimentos, los recursos naturales y el servicio a los/as demás. "Esas cosas las ponen fuera del alcance del mercado”. Tienen una lógica de economía social y solidaria conjugada, misma que –dijo– debería ser cada vez más objeto de conversación y análisis.