La crisis climática ya no se puede negar. Sus efectos más graves se dejan sentir en el sur global, donde las precipitaciones extremas provocan erosión e inundaciones, mientras que la subida del nivel del mar y el blanqueamiento de los corales afectan a los archipiélagos de Asia y a los grandes estados oceánicos. Los pequeños productores no pueden adaptar su agricultura y pesca, lo que agrava la vulnerabilidad alimentaria e hídrica de las comunidades marginales. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte que “hay una ventana de oportunidad que se cierra rápidamente para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos”. (Resumen del informe de síntesis del IPCC para responsables de políticas 2023, 24) El aumento de la temperatura global, causado por las aportaciones humanas de carbono (en septiembre de 2023, estaremos a 419 ppm de CO2), hará que las temperaturas superen el punto de inflexión de 1.5 °C.
Del 30 de noviembre al 12 de diciembre, más de 140 jefes de Estado y 70,000 delegados se reunirán en la 28a Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) en la Expo City de Dubai (EAU). Este es un punto de inflexión crítico con la conclusión del “balance global” (Global Stocktake en inglés) que evalúa exhaustivamente el progreso de los países en sus compromisos climáticos. El Informe de Síntesis del Balance Global, publicado recientemente, afirma que el mundo está completamente fuera de la senda de cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015, y que los actuales esfuerzos de adaptación y mitigación carecen de financiación suficiente.
Con todas sus limitaciones, la COP de la UNFCCC sigue siendo un importante órgano mundial donde el sur global puede enfrentarse al norte global por su inacción. El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que “la era del calentamiento global ha terminado; ha llegado la era de la ebullición global. Los líderes –especialmente los de los países del G20, responsables del 80% de las emisiones mundiales– deben dar un paso adelante en favor de la acción climática y la justicia climática”.
El Papa Francisco, en su última exhortación Laudate Deum (LD), pide a quienes se sumen a la COP28 que sean “estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas” (LD 60).
El Santo Padre, que asistirá a la COP28 en Dubai en diciembre, recuerda a todas las personas de fe nuestra responsabilidad compartida de cuidar la creación. “Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores” (LD 69).
Ecojesuit, como Red Global de Incidencia Ignaciana en Ecología, responde a esta llamada a través de nuestra misión compartida de justicia social y ecológica. Defendemos la esperanza firme y la fe profunda como formas válidas de participación en los espacios globales. Es a través de la fe que nuestro compromiso se ve reforzado en el trabajo hacia una forma de vida de ecología integral, mientras nos permanecemos al lado de los más vulnerables.
Nos unimos al llamamiento de Laudate Deum para “que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos” (LD 59). Les invitamos a leer el documento completo con los puntos de acción propuestos: