A once años de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, persiste la impunidad. A pesar de que hay un andamiaje legal e institucional que se ha creado en años recientes –irrespetuoso de derechos humanos, pero de estándares internacionales altos– en la práctica no ha significado la regularización ni la disminución del fenómeno de las desapariciones en México.
Esto lo señaló en la Universidad Iberoamericana León el Dr. Fabrizio Lorusso, académico investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades y del Laboratorio de Resistencias contra las Desapariciones ReDLab, durante el panel de reflexión ‘A 11 años de Ayotzinapa’.
La actividad se realizó el 25 de septiembre en la sala de lectura de la Biblioteca Jorge Vértiz Campero S.J. Participaron, además del doctor Fabrizio, el Dr. Edgar Monreal, académico del RedLab (moderador); la Mtra. Gabriela Naranjo, coordinadora de la Licenciatura en Derecho; el Dr. Raymundo Sandoval, integrante de la Plataforma por la Paz y la Justicia en Guanajuato y docente universitario; Bruno Serrano, exalumno de la Licenciatura en Relaciones Internacionales quien está interesado en proyectos de fotoperiodismo y fotografía documental; Aranza Rodríguez, alumna de Ingeniería en Bionanotecnología y quien está interesada en proyectos que construyan puentes entre la ciencia, el arte y la religión, ha participado en el programa Magis Exchange como voluntaria en India; y Alejandro Buenrostro, licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Univerisidad de Guanajuato, docente de nivel medio superior y superior.
La desaparición de los normalistas destapó el tema de las fosas, dijo Lorusso. Antes también hubo casos masivos como la masacre de San Fernando, Tamaulipas, en 2011; sin embargo, lo acontecido en Iguala puso en evidencia la existencia de centenares de fosas y detonó una oleada de movimientos de búsqueda en brigada.

Después de 11 años, hoy es claro cómo lo sucedido trascendió entre distintas generaciones. Quienes eran niños y niñas entonces, ahora abordan en el contexto universitario la desaparición forzada. Las y los más grandes, desde su disciplina profesional, han participado en eventos académicos, en marchas y manifestaciones o han realizado periodismo de investigación, por mencionar algunos ejemplos del abordaje posible.
La población mexicana ha escuchado narrativas cruzadas en torno a Ayotzinapa, subrayó el académico. La investigación y los intentos por esclarecer la verdad, no ha llevado a resultados.
“Después de años con más evidencias, más construcción de narrativas certeras sobre algo de lo que aconteció esa noche, las implicaciones terribles de los tres niveles de gobierno, de militares, del crimen organizado y del contubernio, seguimos todavía sin culpables”, expresó el académico.
Fueron esperanzadores, en tiempos de Alejandro Encinas Rodríguez como subsecretario de Derechos Humanos, los esfuerzos por lograr la justicia transicional, la no repetición y la reparación integral; sin embargo, aseguró Lorusso que esos esfuerzos quedaron estancados y quedó manifiesto el blindaje militar que hay en el país.
Invitó a que no se normalice la cotidianidad de las desapariciones. La sociedad debe tratar de entender el fenómeno sin acercarse con prejuicios y sin criminalizar a las personas desaparecidas; todas y todos debemos hacerlo de la manera más racional posible para entender lo que hay detrás del fenómeno.
Con el panel de reflexión ‘A 11 años de Ayotzinapa’, la Ibero León muestra que está comprometida con la educación situada con un horizonte centrado en la justicia social y la garantía plena de los derechos fundamentales. Busca responder con apuestas institucionales para promover una identidad universitaria responsable con su contexto.




