León, Gto.- Para los universitarios Daniel, José Carlos, Guillermo, Fernanda y Geovanna, su Servicio Social de Inserción realizado este verano fue una experiencia gratificante e impactante.
Durante dos meses colaboraron en la atención de los jornaleros indígenas que a su paso por las comunidades de León, requieren de servicios de salud, educación, alimentación… en suma de una atención efectiva que responda a sus necesidades, usos y costumbres.
Daniel Ferreyra egresado de Mercadotecnia; José Carlos Cárdenas y Guillermo Santoyo egresados de Ingeniería de Negocios; Fernanda Acero Pons, estudiante del 8º semestre de Comunicación y Geovanna Dávalos del 7º semestre de Relaciones Internacionales, realizaron su servicio social y profesional en los campamentos que se establecen en comunidades de León, para la atención de los indígenas originarios de Guerrero.
Apoyaron en diversas actividades, fundamentalmente en el acompañamiento, a los pequeños hijos de jornaleros, "dimos clases de español, ayudamos en la distribución de comida, en la organización de dinámicas para entretenerlos, porque lo fundamental es que no estén trabajando en el campo", explican los alumnos.
Fueron jornadas diarias de 6 horas y media en la que los estudiantes de la Ibero realizaron primero un proceso de conocimiento y de convencimiento que implicó ganarse la confianza de los padres jornaleros para que les permitieran cuidar de sus pequeños.
Un primer reporte de una investigación hecha por el Centro Indígena Loyola, con el apoyo del investigador de la Ibero León, Dr. David Martínez Mendizábal, arrojó que "del 2012 a la fecha, se ha registrado la muerte de 5 niños. Las condiciones insalubres los lleva a padecer cuadros de desnutrición crónica, parasitosis, dermatosis, conjuntivitis, enfermedades gastrointestinales e infecciones recurrentes de vías respiratorias".
"Es una experiencia muy fuerte, te impacta mucho", relata la alumna Fernanda Acero, a quien le tocó apoyar en el traslado para la atención médica de una niña de 1 año de edad, enferma de varicela "con todo su cuerpo y carita llena de ámpulas infectadas, por las condiciones insalubres en las que están, porque están a pleno rayo del sol".
Fueron cuatro campamentos en los que ayudaron en la atención de aproximadamente 270 pequeños.
Para Guillermo la experiencia fue por demás enriquecedora, significó primero un choque con la realidad que viven los indígenas a su paso por nuestro estado, seguido de la satisfacción de poder ayudarlos y también un sentimiento de tristeza al verlos partir… por la incertidumbre de lo que les depara en su siguiente lugar de trabajo.
Es precisamente por lo anterior, los universitarios consideran importante dar un seguimiento efectivo a las clases, a la atención en salud, al acompañamiento que se les da, "que a donde vayan, Michoacán o Arandas Jalisco, se de continuidad a lo realizado aquí".
Para estos estudiantes fue la primera experiencia de trabajo con indígenas, consideran que es importante tener en cuenta su contexto y cultura, para no sólo apoyar en lo que nosotros creemos que necesitan.
